Hoy día, muchas mujeres prefieren retrasar su maternidad por motivos personales, familiares o laborales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la capacidad de concebir de las mujeres se reduce con la edad, especialmente después de los 40 años.

En el caso de mujeres mayores de 40 años que quieran quedarse embarazadas, la opción más habitual es un tratamiento de fecundación in vitro con donación de óvulos. En algunos casos, las futuras madres encuentran difícil imaginar el hecho de tener un hijo procendete de un óvulo donado, y deciden intentar la fecundación in vitro a partir de sus propios óvulos, pero por lo general tendrán una baja tasa de éxito. En cualquier caso, un tratamiento de fecundación in vitro puede ser la única opción.

Hay que ser conscientes de que la integridad cromosómica del óvulo es quien determina si el embrión tiene el potencial de convertirse en un bebé sano. Los ovarios de las mujeres se quedan sin óvulos y dejan de ovular, generalmente 6 años antes de que llegue la menopausia.

Una mujer mayor de 40 años tienen más del 90% de sus óvulos infértiles

Para el desarrollo de un embrión sano, los óvulos de la mujer deben tener un grupo completo de cromosomas, y es a partir de los 40 años cuando la edad de la mujer tiene un impacto muy importante en la calidad de los óvulos.

Por ejemplo, en una mujer de más de 35 años de edad, menos del 50% de los óvulos maduros de la mujer tendrá la calidad suficiente para desarrollar un embrión sano, el otro 50% serán infértiles. En el caso de las mujeres mayores de 40 años de edad, tienen más del 90% de su óvulos infértiles. Por lo tanto, a partir de los 40 años un tratamiento de fecundación in vitro suele ser la única opción.

Los embriones que no logran desarrollarse normalmente y aquellos que no se adhieren a las paredes del útero, suelen dar lugar a un bebé con anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down.

Fecundación In Vitro (FIV) por encima de los 40 años

Las mujeres mayores de 40 años tiene diferentes opciones en tratamientos de fertilidad. Pueden elegir entre una fecundación in vitro con donación de óvulos o la transferencia de embriones criopreservados.

Este último tratamiento implica previamente la vitrificación de ovocitos. Para ello, después de una estimulación ovárica para desarrollar varios folículos y así obtener un gran número de ovocitos, y cuando los folículos han alcanzado un tamaño adecuado, se desencadena la maduración final. Bajo sedación y mediante un punción folicular, se extran los ovocitos. Dichos ovocitos son estudiados genéticamente con un análsis de CGH (hibridación genómica comparada), para que los embriones más fértiles sean vitrificados. La vitrificación es una técnica en la que las células se congelan de forma ultrarápida (se pasa de 37ºC a -196ºC en pocos segundos).

Cuando la mujer desee utilizar los ovocitos criopreservados se procederá a su descongelación. Posteriormente, serán inseminados mediante ICSI con el semen de la pareja o de donante. Los embriones con mejores características serán transferidos a la paciente.

Con este método, la transferencia de incluso un solo embrión fértil es capaz de alcanzar casi un 70% de posibilidades de embarazo, independientemente de la edad de la mujer.

 

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