La transferencia embrionaria es, junto al momento de realizar el test de embarazo, uno de los puntos culminantes del tratamiento de reproducción asistida.
Consiste en trasladar al embrión desde el laboratorio al lugar definitivo para su desarrollo, el útero de la futura madre. El procedimiento es sencillo. No es doloroso ni es necesario anestesia. Prácticamente, como si de una revisión ginecológica se tratara, el ginecólogo colocará el espéculo para ver el cuello del útero y limpiar el flujo o restos de medicación. Entonces, el embriólogo trae los embriones que previamente se hayan decidido transferir y con sumo cuidado y la ayuda de una cánula de transferencia, se depositará el embrión en el centro de la cavidad endometrial. Todo ello se visualizará por ecografía abdominal.
La transferencia embrionaria no es sinónimo de implantación embrionaria. La implantación es un proceso que abarca desde que se ha transferido el embrión, consigue éste continuar su evolución y hacerse un lugar en el útero materno.
Ya conocemos qué es y cómo se realiza y, sin embargo, la pregunta quizás más importante a realizarse es cuándo.
¿Cuándo realizar la transferencia del embrión?
Es necesario tener en cuenta las circunstancias particulares de cada paciente para decidir cuál es el día más adecuado para realizar la transferencia embrionaria.
En esta decisión estará implicado tanto el médico ginecólogo que supervisa el tratamiento de reproducción asistida como el embriólogo y el propio paciente.
La transferencia de embriones suele realizarse el día 3 de desarrollo embrionario, sin embargo, teniendo en cuenta el número de embriones obtenidos, la calidad de los mismos y las circunstancias personales y médicas de la paciente, el embriólogo junto con el ginecólogo especialista, recomendarán al paciente cual será el mejor día para la transferencia embrionaria.
La transferencia de embriones se puede llevar a cabo en el mismo ciclo que se estimulan los ovarios y se generan in vitro los embriones, es decir transferencia en fresco, o bien en diferido, es decir, se vitrificarían los embriones, se prepararía el endometrio de la paciente y se transferirían aproximadamente un mes después de obtener sus óvulos.
A parte de decidir realizar la transferencia de embrión/es en fresco o diferido, también se valorará junto con el paciente en realizar la transferencia de embriones en ciclo natural o en ciclo sustituido. Aunque la transferencia en ciclo natural presenta numerosas ventajas (control muy sencillo, mínima medicación para la paciente tanto antes como después) es importante destacar que este tipo de transferencia sólo es recomendable cuando la paciente cuenta con ciclos menstruales muy regulares.
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