Una cuestión que genera cierta preocupación entre las pacientes de VITA es la calidad de los embriones obtenidos en los tratamientos de fecundación in vitro y en qué medida afectan a la tasa de embarazo del mismo.
¿Cómo se mide la calidad de los embriones?
Los embriones se clasifican en función de unos parámetros basados en su morfología. Esta labor es realizada por un embriólogo, quien revisa el número, tamaño, forma y fragmentación de sus células, conocidas como blastómeras, en los diferentes días de cultivo. Finalmente se clasifican en 4 grados que nos ayudan a seleccionar los embriones con más posibilidades de conseguir un embarazo.
- Grado A: Son los embriones con una calidad embrionaria óptima. Presentan un desarrollo embrionario correcto y ninguna característica de mal pronóstico. Serán los primeros candidatos en ser transferidos al útero materno. En mujeres con buen pronóstico tienen un 40-60% de posibilidades de implantarse. Si no son transferidos, serán criopreservados.
- Grado B: Son embriones considerados como buenos. Tienen una buena calidad embrionaria. En mujeres con buen pronóstico tienen un 30-50% de posibilidades de implantación. Si no son transferidos, serán criopreservados.
- Grado C: Son embriones que presentan una serie de características que si bien ofrecen una menor posibilidad de implantación (10-20%), no son completamente descartables y podrán ser transferidos si no se dispone de otro embrión de mejor calidad.
- Grado D: Son embriones no viables que no serán transferidos prácticamente en ningún caso, con una capacidad de implantarse en el útero de menos del 1%.
¿Qué se estudia para evaluar la calidad de los embriones?
En un ciclo de fecundación in vitro se tratará de seleccionar uno o dos embriones de buena calidad para transferirlos al útero materno. Para evaluarlos y clasificarlos en los grados anteriormente mencionados, se siguen los Criterios de Valoración Morfológicos de Ovocitos, Embriones tempranos y Blastocitos Humanos recogidos en el consenso ASEBIR.
Número de células del embrión
El número de células del embrión es uno de los parámetros más importantes para determinar la calidad del mismo. Se estudia la evolución el embrión en el cultivo embrionario observando su división celular. El número de células óptimo en el día 2 deberá ser de 4-5 células y en el día 3 deberá ser de 7-8 células.
Velocidad de división de las blastómeras
En el cultivo embrionario se estudia la división celular de los embriones para buscar anomalías. La velocidad de división habitual de las células del embrión es aquella que dobla el número de sus células en 24 horas de día 2 a día 3.
Fragmentación de las células del embrión
Se estudian y clasifican los embriones según el grado de fragmentación de las células, desde aquellos embriones que no presentan fragmentación hasta aquellos embriones completamente fragmentados. Los embriones sin fragmentos o con un porcentaje de fragmentación inferior a 10% serán los primeros candidatos en ser transferidos al útero. Cuando el porcentaje de fragmentación es mayor al 35% nos encontramos con embriones de tipo D.
Tamaño celular y simetría de las blastómeras
Los embriones con sus células de igual tamaño y simétricas son considerados de buena calidad. La presencia de una asimetría elevada en el embrión, con células que difieren entre sí un 20%, clasificarían dicho embrión como no viable.
Multinucleación y otras alteraciones morfológicas
También se valora que el embrión no tenga células multinucleadas (con más de un núcleo), signo de un error en la división celular o de fragmentación del núcleo. La ausencia de multinucleación se correlaciona con una elevada tasa de implantación.
También se tiene en cuenta el aspecto del citoplasma, evaluando parámetros como la existencia de vacuolas en el citoplasma o la presencia de un anillo citoplásmico, factores que se correlacionan con la degeneración del embrión.
Textura y color del embrión
Se considera que los embriones con una textura completamente lisa y que presentan un color claro son de buena calidad. Aquellos embriones con un aspecto rugoso y de color oscuro tienen menos posibilidades de ser candidatos para ser transferidos.
Grosor en la zona pelúcida
Otro factor a tener en cuenta es el grosor de la zona pelúcida, la capa que rodea el óvulo y que juega un factor importante cuando es atravesada por el espermatozoide, tanto por medios naturales como por técnicas de laboratorio como el ICSI en la fecundación in vitro. Esta capa persiste en el embrión hasta que alcanza el estado de blastocisto. Si esta zona tiene un grosor muy grande o presenta anomalías , se debe realizar una eclosión asistida (assisted hatching) para facilitar la salida de la masa celular interna.
¿En qué medida afecta la calidad embrionaria al éxito de la FIV?
Después de esta evaluación y clasificación de los embriones por parte del embriólogo, se seleccionan y transfieren los embriones de mejor calidad embrionaria, aumentando las posibilidades de implantación en el útero (40-60% de posibilidades de implantarse para los embriones de grado A), y por tanto la tasa de embarazo de la fecundación in vitro. Hay que tener en cuenta que la legislación española permite transferir un máximo de 3 embriones. A pesar de todo, transferir embriones de buena calidad embrionaria no siempre es garantía de lograr una gestación de éxito, y al revés, un embrión de peor calidad puede conseguir un embarazo. Igualmente importantes son las condiciones en que se encuentra el endometrio para alojar e implantar el embrión transferido.