La idea de optar por congelar óvulos antes de los 30 no es algo que entra en los planes de una mujer desde niña. Pero sí es verdad que a una temprana edad se comienza a planear las intenciones laboral y también se plantean si desea o no tener hijos.
De la lista de proyectos de las mujeres hay ciertas cosas que tienen mayor importancia, y otras que no se ejecutan al mismo tiempo. Y es que a día de hoy, en 2021, la mujer de 30 le da prioridad al “yo”: mi carrera, mi tiempo libre, mis amigos y mi estabilidad en pareja (si se tiene). No es como en otras generaciones, en las que la maternidad era algo situado en los primeros puestos de las listas de prioridades. Esto no implica que se le cierre la puerta a la maternidad, pero no la ve inminente.
El problema es que la naturaleza es caprichosa, y no espera a nada ni a nadie. Por eso congelar los óvulos otorga la opción de cumplir estas otras prioridades sin renunciar a la posibilidad de ser mamá en un futuro.
¿Por qué las mujeres cada vez tienen hijos más tarde?
Hay que remontarse al pasado para entender el cambio generacional producido en cuanto a la maternidad. Por el 1975 las españolas eran madres a los 25 años. En 2019, a los 31. ¿Por qué este retraso en la maternidad?
- La mujer ha pasado a darle prioridad a la formación. No es suficiente con un grado superior, ahora aspiran a lograr un posgrado, proyectos de investigación, becas en el extranjero… Es inusual lograr un avance en el ámbito profesional antes de los 30.
- El encarecimiento vivido sobre la vivienda afecta negativamente a la edad para tener el primer hijo. Aquellos que tienen una casa en propiedad tienen un 31% de posibilidad de tener descendencia, en cambio aquellos que viven de alquiler tienen un 8%.
- La vida social (reuniones con amigos, hobbies, deportes, viajar…) ha experimentado un crecimiento en cuanto a importancia.
- Se ha hecho más vital el consolidar la vida en pareja y disfrutarla antes de ser madre.
- La maternidad se identifica como una decisión responsable, y es que a los hijos hay que dedicarles tiempo y medios. Condiciones difíciles de ofrecer antes de los 30.
¿Hasta qué edad se puede retrasar el embarazo con seguridad?
Es cierto que la esperanza media de vida en España es mayor que en generaciones pasadas, alcanzando los 84 años0 en 2019. Pero no solo se vive más, si no que se vive con mayor calidad de vida, debido a la mejora en alimentación, en hábitos saludables y a las mejoras de la medicina. Una mujer de 35 años se considera joven en términos de salud.
Hay que tener en cuenta que la fertilidad empieza a descender drásticamente a partir de los 32-35 años, y alcanza una velocidad de descenso aún superior una vez pasada la barrera de los 35. Esto ocurre por dos razones:
- Reducción de la reserva ovárica: cada mujer nace con un número determinado de óvulos en los ovarios, que irán madurando en cada ciclo menstrual.
- El empeoramiento de la calidad de los óvulos que aún permanecen en los ovarios sin madurar.
Cada año que pasa se dificulta más el proceso de quedarse embarazada de forma natural y, además, crece la incidencia de anomalías cromosómicas en el feto. Optar por congelar óvulos antes de los 30 permitirá preservarlos con todo su potencial reproductor y ofrecer a la mujer la posibilidad de decidir cuándo ser madre. También supone una forma de preservar la fertilidad antes de un tratamiento médico que pudiera afectarla negativamente, como la radioterapia o la quimioterapia.
¿Cómo se puede congelar óvulos?
Congelar óvulos es uno de los grandes hitos de la reproducción asistida. Se trata de un proceso clínico sencillo, en el que se extraen los óvulos para luego ser conversados a temperaturas bajo cero. Ahí quedarán hasta que llega el momento de ser fecundados, cuando la mujer decida ser madre, y poder transferir al útero los embriones resultantes de la fecundación.
Hay disponibles diversas técnicas para congelar óvulos. La más avanzada es la vitrificación: se desciende la temperatura de los óvulos de forma ultra rápida (a 23.000 grados por minuto) de 220C a -1960C. Gracias a esta técnica se impide la formación de cristales de hielo en el interior de los óvulos, un hecho que podría malograrlos de cara a su posterior fecundación.
Una vez que se decida ser madre, y por lo tanto usarlos para su fecundación, solo habrá que descongelarlos, fecundarlos con semen de la pareja masculina o de un donante anónimo y transferirlos al útero de la madre. También hay probabilidad de que la mujer decida que no quiere ser madre o que lo sea por medios naturales.
El porcentaje de éxito de esta técnica es muy alto. En VITA llevamos realizando la vitrificación de óvulos durante muchos años y con excelentes resultados. Siempre con la máxima profesionalidad y discreción en cuanto a las razones de cada mujer para congelar sus óvulos.