Con la transferencia embrionaria finalizan los procesos médicos y de laboratorio asociados a las Técnicas de Reproducción Asistida.
A partir de este momento se inicia la denominada “Betaespera” o el tiempo necesario para que el embrión implante en el útero e inicie la producción de la HCG u hormona del embarazo.
Este periodo se caracteriza por una alta ansiedad y un deseo imperioso de hacer todo lo posible para facilitar la implantación embrionaria.
Desde el punto de vista médico, estas son nuestras recomendaciones:
- Continuar estrictamente con la medicación pautada por el equipo médico: vitaminas, hormonas orales, transdérmicas, vaginales o subcutáneas, tratamientos adyuvantes, etc.
- Reposo relativo el día de la transferencia.
- Evitar relaciones sexuales y ejercicio físico 3-4 días tras la transferencia.
- Vida normal a partir de ese momento.
- No hacer caso de ciertos síntomas totalmente inespecíficos y secundarios al tratamiento mismo como: pequeños manchados o spotting vaginal, molestias abdominales o mamarias, náuseas, etc.
Debemos recordar que la implantación embrionaria es un proceso fisiológico, en el que no podemos influir de forma significativa sino intentar ayudar, por tanto una vida “normal” y un “pensamiento positivo” siempre nos serán de ayuda.