Tanto el proceso de la recuperación ovocitaria mediante la punción folicular así como la transferencia embrionaria, son procesos que se realizan en la mayoría de las ocasiones sin ingreso hospitalario.
La recuperación de los óvulos se realiza mediante una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, en la cual mediante control ecográfico y a través de la vagina se accede a los ovarios, pudiendo realizar la extracción de forma segura y rápida. De esta forma se puede realizar con una anestesia que en la mayoría de los casos es una sedación.
Las principales complicaciones que pueden recomendar permanecer en observación tras la punción folicular son el dolor, sangrado postquirúrgico o lesión de órganos cercanos como son la vejiga urinaria y las asas intestinales. Estas complicaciones de la técnica suelen ser muy infrecuentes y en muy raras ocasiones suelen precisar transfusión de sangre o un abordaje quirúrgico para resolver la complicación
La transferencia embrionaria es una técnica que no precisa sedación ni analgesia, salvo en casos muy seleccionados como pueden ser pacientes con vaginismo o anomalías anatómicas, que dificulten el acceso a la cavidad endometrial, por lo que es muy improbable que se requiera ingreso tras esta.