La estimulación ovárica es una fase a la que la gran mayoría de mujeres sometidas a tratamientos de Reproducción Asistida tiene que someterse.
Consiste en administrar una medicación a base de hormonas con el objetivo de estimular los ovarios para desarrollar múltiples folículos que nos brinden un número adecuado de óvulos que permitan realizar las técnicas de reproducción asistida.
El Dr. Lozano comenta que “un punto esencial para el éxito del tratamiento es contar con una respuesta ovárica adecuada que nos proporcione un número y calidad de ovocitos suficiente para la realización del tratamiento indicado. La mayoría de los pacientes presentan una deficiente reserva ovárica y de ahí la importancia de lograr el máximo de ovocitos. En ocasiones un ovocito de más puede significar el éxito del tratamiento”.
Existen diferentes fármacos, así como distintos protocolos para conseguirlo. En realidad, tantos como pacientes, puesto que a medida que vayan desarrollándose los folículos, el ginecólogo irá personalizando las dosis y el tiempo hasta lograr al objetivo.
Los controles foliculares cada 48-72 horas son esenciales para conocer:
- el tamaño medio de cada folículo ovárico y el grosor del endometrio.
- el nivel hormonal.
¿Qué riesgos implica la estimulación ovárica?
En solo el 5% de los casos, se suele dar el hecho de que estimulación ovárica pueda tener consecuencias más allá de la generación del máximo de ovocitos.
Durante la estimulación ovárica, el tamaño del ovario aumenta significativamente. Esto puede provocar hinchazón en el vientre y sensación de pesadez. Dicho crecimiento, si fuera exagerado, predispone a que el ovario gire sobre sí mismo, produciéndose así lo que denominamos torsión ovárica. Este hecho es una urgencia médica.
Los especialistas recomiendan a la paciente limitar los movimientos bruscos incluyendo las relaciones sexuales, especialmente finalizando la estimulación que es cuando los ovarios adquieren mayor tamaño.
También, una respuesta exagerada a la fase de estimulación puede provocar lo que denominamos: síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO). Los síntomas más frecuentes son las náuseas y vómitos, diarrea, distensión abdominal, e incluso, en los casos más graves, retención de líquido en el abdomen y el pulmón.
El SHO es muy infrecuente y, con las técnicas de prevención y tratamiento que aplicamos hoy en día, sólo se presenta de forma leve.
En VITA, nuestros ginecólogos especialistas en Reproducción Asistida le irán citando periódicamente, cada dos o tres días, durante la estimulación tanto para poder personalizar el tratamiento al máximo como para prevenir posibles riesgos.
La clínica VITA se encuentra en el entorno hospitalario de IMED Hospitales para su mayor confianza y seguridad. Contamos con servicio de urgencia 24 horas y un equipo especializado multidisciplinar a su disposición.